martes, 28 de agosto de 2018

Salvemos la radio: Gran transmisión en el día de la radiodifusión argentina

Un conjunto de organizaciones y medios conmemoró ayer el 98 aniversario de la radio en Argentina con una transmisión especial desde la puerta del ENACOM poniendo en palabras la situación actual del medio. Presentamos la crónica de la Agencia FARCO  Donde también se pueden escuchar los audios de la jornada


Despidos y precarización del trabajo, discriminación en el reparto de pauta publicitaria oficial, clausuras arbitrarias de emisoras, incumplimiento del fomento legal para radios comunitarias y de pueblos originarios, y el impacto del tarifazo en la electricidad son algunos de los reclamos que motivaron la convocatoria.

A 98 años de la primera transmisión de radio en nuestro país, emisoras comunitarias junto a sindicatos, organizaciones sociales, y otras redes y asociaciones representativas del sector, se convocaron multitudinaria frente al Ente Nacional de Comunicaciones (ENACOM), organismo que regula las comunicaciones y telecomunicaciones en nuestro país, en defensa del derecho a la comunicación. Despidos y precarización del trabajo, discriminación en el reparto de pauta publicitaria oficial, clausuras arbitrarias de emisoras, incumplimiento del fomento legal para radios comunitarias y de pueblos originarios, y el impacto del tarifazo en la electricidad son algunos de los reclamos que motivaron la convocatoria.

En las puertas del organismo estatal, hubo una gran transmisión que se escuchó en medios de comunicación populares de todo el país, y contó con la conducción del periodista Alejandro Apo, de FM La Patriada y Carla Pelliza, de Radio Gráfica, ambas emisoras integrantes del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO), y con testimonios de trabajadores de prensa, sindicalistas, comunicadores populares de todo el país y mensajes de apoyo de personalidades destacadas de la radiofonía argentina.

“Es una situación límite la de la radio, y por eso estamos frente a un ente que ha decretado desconocer una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, y por ese medio ha logrado romper muchísimas continuidades y dejar a la radio en este estado de complicación”, lanzó Apo en el comienzo de la emisión.


Seguidamente, la comunicadora de Radio Gráfica, Carla Pelliza señaló los reclamos que motivaron la convocatoria: “Vaciamiento, despidos, desfinanciamiento, radios que han cerrado por el decomiso de sus aparatos o porque sus dueños se retiraron y dejaron a todos sin trabajo. Es una situación complicada la que vive la radio y la comunicación argentina en general. Télam o de Radio Nacional por ejemplo, han perdido la condición básica de los medios de comunicación estatales, que es ser garantes del federalismo”.

El delegado del Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SIPREBA) y trabajador de Radio Nacional, Fernando Pedernera, fue uno de los primeros en tomar la palabra, y advirtió: “98 años de radio que nos encuentran hoy en uno de los momentos más difíciles de la historia. Pese a la diversificación que ha tenido el medio a partir de los medios comunitarios, alternativos, universitarios, autogestivos, populares que hicieron que la comunicación se democratizara, estamos en la puerta de lo que pretende ser la hegemonización del discurso en muy pocas manos”.

Las radios comunitarias tuvieron un papel central en esta jornada. El presidente de FARCO y coordinador de Radio Estación Sur de La Plata, Pablo Antonini, explicó que “nos toca el reparto indiscriminado y cada vez mas concentrado de la pauta publicitaria, el cierre y la clausura discrecional de radios a partir de un conjunto de normativas dispuestas por el ENACOM con la sola firma de funcionarios de segunda línea, el impacto de los tarifazos de la electricidad. Pero además, como medios de comunicación comunitarios tenemos que asistir con impotencia a que este organismo se esté quedando con 250 millones de pesos que legalmente nos corresponde”.



Agustín Espada, becario del Conicet, investigador de la distribución de la publicidad oficial, explicó que ésta no está regulada y que en la radio es donde hay mas discrecionalidad en el reparto. “Los números son cada vez mas grandes a medida que los gobiernos van necesitando de líneas editoriales afines. En 2017 el gobierno nacional invirtió o gastó, según como se lo quiera ver, más de 3.500 millones de pesos en distribución de publicidad oficial en todos los medios y formatos. El gobierno provincia de Buenos Aires y el de la Ciudad de Buenos Aires, del mismo color político, gastaron o invirtieron una cantidad de dinero similar, un dato que no se repitió mucho en la historia democrática. Esto indica que la pauta publicitaria es la herramienta más fuerte y más contundente al momento de moldear un sistema de medios de acuerdo al gusto de cada uno de los gobiernos”, analizó.

Luego, Mariano Randazzo, integrante de FM Sur y de AMARC Argentina, se refirió al mismo tema: “No sólo que nos discriminan en el reparto de la pauta a los medios comunitarios, sino que también nos usaban, porque Radio Sur era una de las tantas radios que aparecía como que recibía pauta publicitaria del gobierno de la ciudad y nunca nos llegaba la plata”.


lunes, 27 de agosto de 2018

Un presente que desoye la celebración de la historia

Por Emanuel Respighi (Fuente Página/12)

El anunciado remate de Radio Rivadavia, el silenciamiento de América, la crisis en Del Plata y en El Mundo dan cuenta del estado de las cosas. Una decadencia en la que se combinan la debacle económica, los desmanejos políticos y los cambios tecnológicos.





La radiofonía argentina cumple 98 años pero no tiene mucho que festejar. Envuelta en una crisis que combina lo económico con lo tecnológico, la radio que durante décadas nunca dejó de transmitir, acompañando la vida de varias generaciones de argentinos, está atravesando uno de los momentos más críticos que se recuerden. Sigue al aire, emocionando e informando, divirtiendo y enojando a quien la quiera escuchar, pero con el hilo de voz que suele distinguir a quien aún está conmovido por alguna dolencia. La radio argentina ya no tiene la potencia de antaño y ha perdido algunas voces. El inexplicable vaciamiento y posterior silenciamiento de Radio América (AM 1190), el desguace de emisoras tradicionales como Del Plata (AM 1030) y El Mundo (AM 1070), el insólito e inédito remate a la que será sometida la vieja y querida radio Rivadavia (AM 630) en los próximos días, son apenas los aspectos más visibles de un medio que sigue sonando pero a costa de profesionales que perdieron o ven amenazados sus cada vez más precarizados puestos de trabajo. Los mismos trabajadores que, a la vez, son los principales sostenes creativos de la radio argentina. Pese a todo.

Cada 27 de agosto se celebra en el país el Día de la Radiodifusión Argentina. La fecha, que conmemora a aquellos “Locos de la azotea” que en 1920 realizaron la primera transmisión, siempre sirve como disparador para analizar el estado de situación del medio. Desde que en diciembre de 2015 Cambiemos asumió el gobierno, la radio argentina ingresó en un espiral descendente del que aún no pudo recuperarse. El cóctel de crisis económica, reasignación de la pauta oficial e irresponsabilidad de empresarios inescrupulosos y oportunistas derivó en emisoras cerradas, radios quebradas, cientos de despidos, indemnizaciones incumplidas y pago de sueldos en cuotas imposibles de comprender para productores, periodistas, técnicos, locutores, operadores y personal administrativo no muy duchos en la ciencia de las matemáticas. La pasividad del Ministerio de Trabajo y del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), que permitieron y siguen permitiendo a las empresas incumplir con sus obligaciones más elementales, echaron más leña al fuego de la debacle. La precarización no es sólo laboral sino también artística: el “loteo” de espacios al mejor postor hoy es moneda corriente en emisoras pequeñas, pero también en aquellas consideradas “grandes”.   

Probablemente no haya una imagen que ilustre con mayor certeza el momento actual de la radiofonía argentina que la que surgirá el jueves, cuando la histórica Radio Rivadavia (AM 630) sea rematada, en conjunto con FM Uno (103.1). La emisora que hace décadas supo brillar de la mano de Antonio Carrizo, Héctor Larrea, Cacho Fontana y José María Muñoz culminará así una serie de desmanejos empresariales (la familia Cetrá y, posteriormente, los hermanos Wphei) que afectaron no sólo su presencia en el dial sino también la vida diaria de los trabajadores, a los que se les adeudan 8 meses de sueldos. Hasta el momento, la negociación que había iniciado el Grupo Vila para hacerse cargo de la emisora no había llegado a buen puerto. El remate, cuya base está fijada en 12 millones dólares, no sólo incluye las licencias de AM y FM y sus inmuebles, sino también marcas registradas como Al servicio de la verdad, El rotativo del aire de Radio Rivadavia y Sexta edición, entre otras. Desde hace un año la emisora es manejada por un síndico.

“Hace unos meses que el Grupo América está detrás. Firmamos un acuerdo para que puedan ingresar a la radio. Ellos se retiraron diciendo que hubo 11 personas que no firmaron el acuerdo, cosa que es mentira. No fue por eso, sino por todos los juicios que tiene la radio y la imposibilidad de hacerse de la licencia. De la quiebra debería haberse hecho cargo el Estado, nunca lo hizo ni quiere ahora. De hecho, el Estado no debería haber permitido que la sindicatura creara más deuda. El Estado debería haber tomado la frecuencia y haberla licitado”, le explica a PáginaI12 Osvaldo Bergal, trabajador y delegado (Sutep) de Rivadavia. 

“La situación de la gente –agrega Bergal– es desesperante. Estamos muy golpeados. No tenemos cobertura médica, seguimos manteniendo la radio al aire sin cobrar sueldo alguno, vamos a trabajar gratis. Muchos han dejado de ir. La radio funciona a pulmón, por la gente. Estamos a la espera de lo que pasará, si se soluciona el ingreso del Grupo Vila o si se va a remate. La situación es crítica. Venimos sufriendo este proceso desde hace años, igual que otras radios, como Del Plata o Del Mundo, por malas administraciones y gobiernos que no les dieron importancia a nuestros problemas.”

La dramática situación de Radio América (AM 1190) no parece tener fin. Tras la fuga en enero de 2016 de Sergio Szpolzki y Matías Garfunkel, y  el paso de Mariano Martínez Rojas (que incluyó un ataque con patovicas hacia las instalaciones y los trabajadores), la emisora parecía empezar a “normalizarse” con la adjudicación de la licencia a Editorial Perfil en marzo de 2017, aunque recién se oficializó el 21 de diciembre mediante la publicación del decreto presidencial. Sin embargo, a ocho meses de la adjudicación definitiva de la licencia a Perfil, Radio América sigue silenciada y sus trabajadores (nunca fueron despedidos ni cobran sueldo alguno), esperando a que la emisora vuelva a transmitir. Ni el Enacom ni el nuevo propietario –que parece estar más entusiasmado con el lanzamiento del canal NET TV que con hacerse cargo de la emisora– muestran interés en que América recupere el aire robado. La frecuencia AM 1190 está desactivada, incautada, silenciada, desaparecida inexplicablemente.

“Todos pensábamos que una radio grande como América no iba a quedar desaparecida del aire, pero lamentablemente nos equivocamos”. La que habla con pesar es Vilma Noce, locutora informativista de la emisora sin voz. “El de Radio América fue el primer vaciamiento grande, con complicidades institucionales evidentes. En el Enacom hasta nos reconocían que no nos iban a ayudar, lo mismo el Ministerio de Trabajo, que ni siquiera nos otorgó los Repro a los trabajadores. Siempre recibimos un portazo. La gente tuvo que salir a buscar trabajo de cualquier cosa para poder sobrevivir. Ni siquiera fuimos despedidos formalmente. Es muy triste”. 

La crisis radiofónica se profundizó este año en Radio Del Plata (AM 1030). La histórica emisora viene sufriendo la gestión de Electroingeniería, la empresa de Gerardo Ferreyra y Osvaldo Acosta, que en manos de Sebastián Ferreyra dejó de pagar sueldos en tiempo y forma desde el mes siguiente al cambio de gobierno. Desde enero de 2016, los trabajadores cobran en cuotas sus sueldos, que a comienzos de 2018 fueron reducidos al 50 por ciento, además de ver cómo la empresa no realiza aportes previsionales ni a la obra social. La situación de la emisora empeoró aún más cuando el 28 de mayo pasado 30 trabajadores fueron despedidos. El Ministerio de Trabajo dictó una conciliación obligatoria que empeoró la situación: un mes después la lista de despedidos se amplió a 41 (que se sumaron a 12 anteriores), el pago en cuotas del 50 por ciento del sueldo dejó de cumplirse y Electroingeniería ni siquiera les pagó la indemnización a los trabajadores que se quedaron en la calle. Mientras, la programación de la radio sigue al aire con retención de tareas de 15 minutos en cada hora, a costa de los 67 trabajadores (hasta mayo eran 120) que cobran “algo” de su sueldo cuando a la empresa se le ocurre. Una situación tan incierta como dramática.

“Lo que es distintivo en Del Plata es que en 2016 hubo espacios que se posicionaron segundos en audiencia, pero por la mala administración de los responsables de la radio los conductores de esos programas fueron los primeros en emigrar hacia otras radios”, le explica a PáginaI12 Analía Rivas, periodista y locutora despedida de la emisora. “Durante el kirchnerismo, aun recibiendo pauta oficial, los responsables de Del Plata nos dijeron que nunca fue rentable la radio. Si nunca fue rentable, ¿por qué la mantuvieron tantos años y tenían capacidad de pagar salarios en tiempo y forma, y de pronto dejaron de hacerlo? Lo que desnuda es la falta de voluntad de parte de Radiodifusora Del Plata, que forma parte de Electroingeniería, de cumplir con la ley y sus obligaciones”, puntualiza Rivas, que aún espera –como el resto de los despedidos– por su indemnización.

En Radio El Mundo (AM 1070) la situación es similar a Del Plata, aunque un poco más compleja, porque la emisora tiene dividido el plantel de trabajadores en dos sociedades: la productora Fio Fio (a cargo de la gestión) y Radiodiofusora Baires (adjudicataria de la frecuencia). El conflicto comenzó en enero cuando Fio Fio dejó de pagar salarios y apareció como nuevo presidente de la productora Martín Rodríguez Flores, que se fue a vivir al mismo edificio de la emisora y administra la radio sin pagar los salarios a los 60 trabajadores de Fio Fio. La radio se mantiene al aire con el plantel de 22 trabajadores que dependen de manera directa de Radiodifusora Baires, que sí paga los salarios, pero no se hace cargo de la programación ni de la gestión diaria.  

“El problema es que a Baires, que también es la empresa adjudicataria de Radio Disney (FM 94.3), no le interesa explotar la AM. Por eso siempre la cedió a un tercero para que la explotara, algo ilegal”, le cuenta a este diario Alejandra Nieto, operadora técnica y delegada (Aatrac). “En mayo, el Enacom comunicó que la adjudicación de la frecuencia era responsabilidad de Baires y no reconocía como explotadora de la la AM 1070 a Fio Fio. Pese a ello, ni Baires tomó cartas en el asunto para resolver la situación ni Rodríguez Flores cambió su proceder: sigue incorporando programas sin pagarles el salario a los trabajadores. Hace una semana el Enacom intimó a Rodríguez Flores a que abandonara la explotación comercial. La radio está en un estado terminal, al borde de salir del aire porque tiene deudas en los servicios públicos y un atraso de ocho meses en el pago del alquiler del edificio, por lo que hay iniciado un juicio de desalojo. Mientras tanto, los 60 trabajadores de Fio Fio siguen sin cobrar su sueldos”, subraya.

El proceso de desgaste empresarial hacia los trabajadores, con la complicidad –por acción u omisión– del Enacom y el Ministerio de Trabajo, parece ser el denominador común de las emisoras en crisis. Radio América fue la punta de lanza de un derrotero que comienza con la falta de aportes previsionales, continúa con el pago en cuotas de los sueldos, el alquiler de espacios que dañan la coherencia artística y la precarización de las condiciones laborales. A 98 años de su nacimiento, el aire radiofónico dejó de ser para muchos un espacio creativo para comunicar e informar. Ahora parece ser apenas la excusa para que empresarios oportunistas hagan negocios. Que no silencien la radio, que no mancillen su honra, pareciera ser el desafío de estos tiempos.

Salvemos la radio

Fuente Agencia Farco

Al cumplirse 98 años de historia y atravesando uno de los momentos más difíciles, distintas organizaciones, medios y personalidades de la radio, la comunicación y la cultura subscribieron un documento que fue difundido en la actividad realizada hoy 27 de agosto (ver nota)



La radio argentina cumple 98 años en uno de los momentos más difíciles de su historia.

Despidos y precarización de trabajadores y trabajadoras, discriminación en el reparto de pauta publicitaria, clausuras arbitrarias de emisoras, incumplimiento del fomento establecido en ley 26.522 para radios comunitarias, alternativas, populares y de pueblos originarios, discontinuidad de políticas públicas para fortalecer radios escolares, socioeducativas, universitarias, rurales, cooperativas, micro pymes, familiares, y el impacto del tarifazo en la electricidad, son algunos de los problemas que afectan a las miles de personas que realizamos esta actividad en todo el país, a nuestras comunidades y audiencias.

De los cerca de 3 mil puestos de trabajo perdidos en la comunicación, muchos corresponden a la radio. Como el caso América, que tristemente hoy es sólo silencio de radio y decenas de familias en la calle, y muchas más en todo el país que dejaron de pagar sueldos y coberturas médicas, acudieron a despidos y, en casos como radio El Mundo, hasta sufrieron episodios de violencia por parte de sus autoridades.

La radio pública nacional tampoco escapa a la política de vaciamiento de los medios de bandera: en este caso, a los despidos y retiros voluntarios se les suma un notorio descenso en la producción propia en la mayoría de sus emisoras en provincias, que repiten cada vez más contenidos producidos en la ciudad de Buenos Aires. Esto no sólo implica un atentado contra las fuentes de trabajo regionales sino también un golpe a la diversidad cultural y el federalismo que el sistema público de medios debería garantizar. Lo mismo sucede en el sector privado, donde parte del espectro está copado por repetidoras de las grandes radios comerciales de Buenos Aires o Córdoba, desoyendo la vigencia de una ley que establece pisos de producción propia local para fomentar el trabajo y la diversidad.

Las radios comunitarias padecen la persistencia de deudas, sub ejecución, rechazos arbitrarios y atrasos de hasta tres años en el pago del Fomento al sector (FOMECA) que legalmente constituye el 10% del gravamen a la comunicación audiovisual concursable todos los años, pero en la práctica arrastra una sub ejecución de 270 millones (1) de pesos que el Estado retiene mientras sus destinatarios pasan penurias.

Acentúa la crisis la discrecionalidad y concentración en la distribución de la pauta publicitaria, como muestran los datos oficiales del gobierno nacional. O peor todavía, el ocultamiento y negativa de acceso a estos datos, como en el caso de la provincia de Buenos Aires. En tanto que uno de los pocos mecanismos que posibilitan una mínima redistribución en el país, como el Registro de Medios Vecinales de la CABA, sufre un recorte brutal desde el año pasado.

Se suman los cierres compulsivos de emisoras como el caso de FM Ocupas de Moreno, a partir de la sanción de las res 9435/2016, 2064 y 2065/2017 que habilitan amplia discrecionalidad para dictar medidas tan extremas como la clausura, ilegalización y hasta extinción de licencia de un medio “a sola firma” del funcionario interviniente.

También han cerrado o se debilitan progresivamente valiosas experiencias de radios escolares, socioeducativas, rurales y de pueblos originarios, por la interrupción o discontinuidad de otras políticas públicas emprendidas luego de la sanción de la Ley 26.522. En tanto que las radios universitarias padecen el recorte y ajuste presupuestario que sufre el conjunto del sector. Radios cooperativas, micro pymes y de emprendimientos familiares padecen el mismo ahogo y consecuencias de estas políticas en sus programaciones, posibilidad de generar trabajo y supervivencia.

En las llamadas “zonas de conflicto”, denominación que abarca a casi todos los principales centros urbanos del país, el espectro radioeléctrico sobre todo de FM es un caos donde ha imperado la “ley de la selva” los últimos 30 años, ante la falta de interés o de capacidad de los sucesivos gobiernos para organizarlo en condiciones justas y equitativas. Para modificar y no acentuar en la práctica esta situación, es necesario que la reciente “normalización” anunciada por el gobierno respete los derechos de las emisoras existentes y las reservas de espectro establecidas por ley 26.522 con plazos, requisitos y políticas de acompañamiento acordes a la realidad para cumplirlos.

La situación antes descripta ha generado también una verdadera “guerra de potencias”, donde las radios locales deben aumentar cada vez más su capacidad de emisión para no ser barridas y sobrevivir en el espectro, generando un consumo eléctrico desmedido que se vuelve insostenible con los últimos tarifazos.

Por todas estas razones y muchas más, los abajo firmantes hacemos este llamado hoy, Día de la Radiodifusión argentina, en legítima defensa de un aire público que garantice el derecho a la comunicación, la libertad de expresión, y el respeto y dignidad que merecen trabajadores, trabajadoras y oyentes.

Para ver los firmantes y subscribir se puede ingresar al sitio de Farco

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Bienvenidos. Este blog se ocupa de la radio.

Por aquí desfilaran noticias, opiniones, testimonios, textos, imágenes y sonidos de este medio en cualquiera de sus formatos. Buscaremos reflejar la diversidad del lenguaje radial en sus distintas formas tanto las tradicionales como los nuevos caminos que este medio va generando y que demuestra que mal que le pese a algunos no es la hermana menor de la televisión ni está muerta..

Este lanzamiento se da en un día muy especial, el 98 aniversario de la primera transmisión de radio en Argentina, fecha elegida para conmemorar el Dia de la Radiodifusión Argentina pero también en el marco de una crisis grande del medio. Haciendo un brevisimo panorama vemos como emisoras históricas están al borde de la quiebra (Del Plata, Splendid, Rivadavia, etc.) otras directamente fueron silenciadas como América. Al cuadro hay que agregar la situación de ajuste y despedidos en los medios públicos cuando no directamente la persecución ideológica que no solo alcanza a los medios oficiales sino que se va instalando como política para los medios privados que prefieren sacrificar figuras en pos de retener publicidad o no ser afectados por distintas presiones.

Tampoco es buena la situación de los medios comunitarios que sufren la crisis económica, los tarifazos, la distribución desigual de la publicidad oficial vulnerando leyes y distintas ordenanzas, etc.. La caída de la ley de Servicios Audiovisuales fue un golpe durísimo para los que apostaron a democratizar el espacio radial incorporando nuevas voces.

Pero la radio sigue viva, resistiendo y generando nuevas formas: radios educativas, territoriales, incorporándose como la alternativa para alzar la voz. Y ni hablar de este "maridaje" con las nuevas tecnologías.

De todos estos temas se ocupará este blog, que desde el nombre homenajea a dos personas muy importantes para el desarrollo de los medios de comunicación. El canadiense Marshall Mac Luhan que aportó nuevas dimensiones para pensar los medios en su libro La Galaxia Guttemberg y el físico Guglielmo Marconi cuyos descubrimientos hicieron posible el desarrollo de la radio.

La Galaxia se realiza con material propio y de otros autores que son incluidos aquí sin objetivo comercial alguno solo porque en definitiva lo que nos mueve es el amor a la radio. Te invitamos a participar dejándonos opiniones al final de cada entrada o escribiéndonos a partedelmedio@yahoo.com.ar o en nuestros sitios en las redes sociales que iremos informando de a poco.